Es considerada como una de las más antiguas de América. Nos referimos a los reconocida cultura de Kotosh, que gracias a sus templos y al misterio que éstos encierran, este complejo arqueológico se ha convertido en uno de los más visitados del país.

Un atardecer en Kotosh, Huánuco. Foto: Marco Gamarra Galindo.
Viajar a Huánuco siempre es reconfortante. El clima cálido que ostenta es considerado como el mejor clima del Perú y del mundo. Sus deliciosos platos y danzas impresionan a los centenares de turistas. Además, diversos restos arqueológicos lucen imponentes en la también conocida “ciudad de la eterna primavera”. Uno de ellos, quizás el más representativo, es Kotosh.
Kotosh cuenta con una antigüedad de aproximádamente 4000 años. El primero en investigarlo fue el estudiante Javier Pulgar Vidal en 1934; un año después, el conocido arqueólogo peruano Julio César Tello encontraría una cantidad notable de fragmentos de cerámicas polícromas (de varios colores) perfectamente pulidas, además de restos óseos de animales y humanos. Esto llevaría a Tello a considerar a Kotosh como “el área cultural más importantes de los Andes Orientales”. Pero es recién en 1958 cuando se monta una expedición de gran embergadura, encabezada por los japoneses Seiichi Izumi y Kazuo Terada, quienes gracias a la Universidad de Tokio, inician las excavaciones en la huaca de Kotosh.
Templo de las Manos Cruzadas, Kotosh. Foto: Marco Gamarra Galindo.
Los resultados demostraron que el complejo arqueológico de Kotosh era más antiguo que la cultura Chavín. A base de las excavaciones se encontraron las actualmente famosas Manos Cruzadas. Estas misteriosas esculturas en barro han causado polémica entre arqueólogos e investigadores acerca de su significado. Algunos sostienen que representa la dualidad y complementariedad, que para ese periodo ya estaba presente.
Manos Cruzadas, llamó en su momento la curiosidad de los antropólogos. Foto: Willy Bazalar.
El Templo de las Manos Cruzadas y el Templo de los Nichitos pertenecen al periodo “Tradición Mito” (2000 a.C. – 1500 a.C.), la más antigüa de Kotosh. Se caracterizan por ser pequeños cuartos de forma cuadrangular o inclusive circular. Además, es en aquel periodo donde se realizaban ofrendas en pequeños fogones. Algunos conocedores afirman que se incineraban vegetales.
Cuando se construía un templo se realizaba el llamado “enterramiento ritual”. En esta ceremonia daban despedida al templo viejo y daban la bienvenida a uno nuevo. A lo largo de los periodos hubo semejanzas con la cerámica de la cultura Chavín. Luego, entre el año 250 y el 1 a.C., los habitantes de Kotosh se distancian de Chavín y construyen nuevos edificios, por lo que producen cerámicas de nuevo tipo como la de figuras antropomorfas. Este periodo es Kotosh-Sajarapatac.
Finalmente entre el año 1 d.C. y las décadas posteriores los habitantes abandonan el sitio y se mudan a otra parte. Cabe recalcar que la vida de estos sedentarios era tranquila ya que el clima y su cercanía al Río Higueras hacían que sus actividades diarias se realizaran cerca de sus viviendas.Indagar e investigar sobre el Perú antiguo siempre es reconfortante; saber como fue la vida de nuestros ancestros en épocas donde no existía la tecnología ni la modernidad. Donde sólo sobrevivían los más fuertes y que a consecuencia de esto, el significado de la vida era el de una lucha constante por la sobrevivencia. Pero también el de un nuevo comienzo donde se llevarían a cabo diversas construcciones arquitectónicas de las más impresionantes y obras de arte que en la actualidad son difíciles de igualar. Los invitos a visitar Kotosh, que se ubica a sólo 4 km. de la ciudad de Huánuco. Para nosotros fue una experiencia rica y única, un viaje que nunca olvidaremos.

Ubicación[editar]
Se halla en Kotosh, una pequeña pampa situada a 4 km al oeste de la ciudad de Huánuco y sobre el margen derecha del río Higueras.
Excavaciones[editar]
Durante la Colonia, Kotosh fue conocida como una huaca prehispánica, siendo expoliada por los buscadores de tesoros. Hasta antes de ser redescubierta en la década de 1930 tenía la apariencia de un promontorio natural. En 1934 Javier Pulgar Vidal identificó en la zona fragmentos de cerámica preinca. Al año siguiente fue visitada por el célebre arqueólogo Julio César Tello quien lo consideró un yacimiento arqueológico de mucha importancia. Tello dedujo que la cerámica de Kotosh estaba emparentada con la alfarería chavín, lo que abonaba a favor de su hipótesis de la llegada del hombre de la selva a la sierra. Kotosh, de acuerdo a este planteamiento, habría sido un eslabón importante en el surgimiento de la civilización peruana, cuya cultura matriz fue Chavín.
Tras la muerte de Tello, no hubo más investigaciones en la zona, hasta que en 1960 la Universidad de Tokio envió una expedición al mandó del profesor Seiichi Izumi, conformada por el arqueólogo Toshinico Sono, el antropólogo Kazuo Terada y otros especialistas. El equipo removió escombros en Kotosh, hasta encontrar los restos de una antiquísima construcción del precerámico, al que llamaron el Templo de las Manos Cruzadas, debido a que, en dos de sus paredes, en la parte inferior, descubrieron relieves de barro modelado en forma de brazos cruzados, de significado misterioso, aunque aparentemente de connotación religiosa.
Tras un paréntesis, en 1963 retornó Izumi al Perú, trayendo consigo un equipo de especialistas mayor que el de 1960, con el propósito de dilucidar definitivamente el misterio del Templo. Los arqueólogos desenterraron totalmente el templo de las Manos Cruzadas, confirmando que era del precerámico, al no hallarse vestigios de alfarería (hacia 1800 a. C.). Los restos de cerámica recién se hallan en la siguiente estructura superpuesta, llamada el Templo de los Nichitos. Asimismo, se estableció para la cerámica de Kotosh una larga secuencia, que llega hasta el Intermedio Temprano.
Periodos[editar]
Kotosh pasó por las siguientes fases, de acuerdo al desarrollo de su cerámica:
- Kotosh Mito (Arcaico Tardío - Formativo Inferior). Precerámico (sin cerámica).
- Kotosh Wairajirca (Formativo Inferior - Formativo Medio) Fechado hacia 1.850 a.C., su cerámica es de tipo gris, con figuras incisas y coloreadas después de la cocción, en rojo, blanco y amarillo.
- Kotosh Kotosh (Formativo Medio) Fechado hacia 1.000 a.C. asociada al cultivo del maíz. Cerámica grabada, esgrafiada y con "asa estribo".
- Kotosh Chavín (Formativo Superior) Cerámica de estilo chavín.
- Kotosh Sajarapatac y San Blas (Intermedio Temprano). Cerámica pintada de blanco sobre pasta roja.
- Kotosh Higueras (Intermedio Temprano)
Descripción[editar]
Kotosh está conformado por una serie de edificios construidos de piedra canteada con barro, de plantas cuadrangulares y sobre plataformas rellenadas con tierra de cantos rodados, piedras canteadas y barro. Estos recintos son relativamente pequeños, de entre 4 y 6 m de largo, aunque también hay de más de 10 m de largo. Todos carecen de ventanas y probablemente tenían techos planos. En el interior de cada recinto se aprecia un piso cuadrangular que consta de dos niveles: uno más bajo, en forma de piso hundido, rodeado por otro nivel más alto a modo de banqueta. El nivel bajo contiene al centro un pequeño pozo que servía de fogón, conectado a un pequeño conducto subterráneo de ventilación. Las paredes internas (y a veces las del piso hundido) tienen nichos de diversos tamaños, y en algunos casos pinturas sencillas o relieves en forma de brazos cruzados, como es el caso del Templo de las Manos Cruzadas.Tradición Kotosh o Mito[editar]
Esa tendencia de hacer estructuras ceremoniales en forma de piso hundido con un fogón al medio (donde seguramente se quemaban las ofrendas) ha sido denominada Tradición Religiosa Kotosh, Tradición Mito o Tradición de los Altares del Fuego Sagrado. Sin embargo, hay ejemplos más antiguos, como los hallados en La Galgada (Pallasca, Áncash) de hace 2.380 a.C. y Huaricoto (Marcará, Áncash), con una antigüedad de 2.796 a.C. Se han hallado también vestigios en Tantamayo (Huanuco), en Caral (Supe) y en Huacaloma (Cajamarca), por lo que debió ser una tradición muy extendida en los Andes norcentrales del Perú, desde la Costa hasta la ceja de Selva.El Templo de las Manos Cruzadas[editar]
Como ya se anotó, el Templo de las Manos Cruzadas es el más célebre de los recintos ceremoniales hallados en Kotosh. Tiene forma rectangular y mide 9.5 m de largo por 9.3 m de ancho. Se ingresaba por el sur, por una portada de 2.15 metros de alto.Sus muros, de 2.4 a 2.8 m, fueron enlucidos con una fina capa de barro color blanco-crema y engalanados con nichos y hornacinas grandes de forma trapezoidal. Debajo de dos de estos nichos se descubrieron las famosas manos cruzadas modeladas en terracota, que los arqueólogos tuvieron sumo cuidado de no dañarlo. El significado de esta representación es un misterio. Los investigadores japoneses dijeron que podía significar amistad, acercamiento, bondad. Otros estudiosos opinan que las manos fueron el elemento fundamental en el templo, pieza básica de un rito de la que sería la primera gran religión americana. Es más bien probable que el relieve pudo ser parte de una efigie mayor, que ya no se conserva.Como todos los templos de su tradición, el piso está dividido en dos niveles con un fogón central en el nivel inferior y un conducto de ventilación subterráneo, por donde salían los humos, hacia el exterior.Antigüedad[editar]
La antigüedad asignada a este templo o recinto sagrado alcanza a más de 1.800 a.C. en pleno precerámico o arcaico tardío; se dijo en su momento que era el primer ejemplo de arquitectura religiosa, no solo del Perú, sino de toda América.-